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Panorama de las energías renovables en España

Sabemos que el problema del cambio climático no es ningún argumento de marketing ni una teoría por constatar. El cambio climático es una preocupante realidad que cada vez se nos va manifestando, a través de múltiples indicios, con mayor claridad y crudeza. Estamos en el tiempo de descuento para tomar soluciones que eviten una catástrofe planetaria.

Hoy vamos a hablar en positivo de esta cuestión. Puesto que el problema del cambio climático en esencia viene dado por la utilización de energías fósiles (carbón, petróleo y gas), vamos a ver qué se está haciendo para su sustitución por energías renovables.

Cada día encontramos en los distintos medios de comunicación noticias sobre nuevos proyectos de energías renovables que se van poniendo en marcha en diversos países. Esto se da de forma creciente, tanto en el número de proyecto como en sus dimensiones. Y aunque por insuficiente no puede ni mucho menos hacernos sentir satisfechos, al menos nos marca el camino a seguir y nos proporciona estímulo para seguir trabajando con el objetivo de dejar a las siguientes generaciones un planeta verde y vivo.

España es uno de los países que más decididamente participan en este objetivo. Según un estudio realizado a principios de este año, España está dentro de los 10 países que más están trabajando por la preservación del medioambiente. El principal factor de nuestra inclusión en esta lista es la “producción de energías verdes como la eólica, la hidrológica y la solar” con un aporte realmente significativo respecto de la producción energética total. Además de otros factores como la conservación de recursos forestales, preservación de biodiversidad con programas de protección de especies protegidas, múltiples actuaciones de saneamiento de ríos y otros recursos hidrológicos, mantenimiento de espacios verdes en las ciudades y pueblos, etc.

En efecto, las energías solar y eólica producen una parte considerable de la energía que se consume en el país. Podemos considerar integrados en nuestros diversos paisajes (nos guste o no) los campos de captación fotovoltaica y los aerogeneradores que se ven por toda España, como desde hace muchos años nos hemos acostumbrado a los embalses.

La biomasa tiene un extraordinario interés como recurso natural autóctono con un considerable margen de crecimiento y un importante abanico de utilidades: generación de electricidad, producción de agua caliente sanitaria, calefacción, frío mediante sistemas de absorción, etc. La geotermia, la hermana pequeña de las energías renovables que cada vez lo es menos, se está consolidando como solución energética óptima para múltiples proyectos, sobre todo del sector residencial, pero también en el sector primario, por ejemplo, en invernaderos, y en muchas ocasiones en edificios públicos, industrias, etc. Geoplat, Plataforma Tecnológica Española de Geotermia, confirma en sus numerosos estudios sobre la disponibilidad de este recurso el enorme potencial que España posee para generación de energía de origen geotérmico.

A pesar de las muchas dificultades que tiene el sector de energías alternativas que en general tienen que ver con su financiación, con normativas municipales y/o autonómicas, a menudo poco incentivadoras, con leyes que solapadamente protegen los intereses de las empresas eléctricas y con la resistencia natural al cambio de los distintos sectores implicados, queremos pensar que su desarrollo será imparable. Y que dejarán de ser noticias por cotidianas tanto la utilización de energías renovables para viviendas unifamiliares, como las instalaciones que abastecen de energía los organismos públicos, fábricas, universidades, sector terciario (como en caso reciente de los hoteles canarios que aprovechan de la energía geotérmica) o como la isla del Hierro, la primera del mundo que se abastece al 100% con energías renovables.

Algo está cambiando, volvemos la vista atrás y vemos que las energías alternativas tenían un halo de utopía hasta no hace mucho tiempo, que poco a poco se va desvaneciendo con su progresiva utilización y aunque no sea siempre fácil su incorporación, a muchos nos parecía más compleja de lo que realmente está resultando. Aún así hay que vencer todavía mucho escepticismo y más intereses creados, pero la experiencia de los últimos años nos confirma que el desarrollo de renovables en España es una realidad incontestable. Ventajas tenemos para ello, pues vivimos en una de las partes del mundo más favorecidas por recursos verdes e inagotables, sean estos el sol, el viento, el agua, la biomasa forestal o el calor de la tierra.

En el año 2015, según el balance de Red Eléctrica de España, “la demanda peninsular de energía eléctrica se estima en 248.000 gigavatios hora (GWh)”. Las energías limpias aportaron el 37,1% de la producción eléctrica total. Muy por encima de la nuclear (21,9%), el carbón (20,3%) y el gas (20%). Sin echar las campanas al vuelo, según la Agencia Internacional de Energías Renovables, el año 2015 ha sido un año de aceptable éxito para las Renovables por el crecimiento de la generación de este tipo de energías en todo el mundo. La eólica española ha batido el récord de saldo comercial import-export alcanzando los 2.237 millones de euros, un 18,5% por encima del año anterior (según datos del Ministerio de Economía y Competitividad). Ahora España está en el tercer lugar, tras adelantar a Alemania, según términos de saldo comercial. Y ya hay estudios de primer trimestre de este año cuando las renovables han generado más de la mitad de los kilovatios hora eléctricos, concretamente el 50,6% de toda la electricidad consumida. Y sólo en abril de este año se ha producido con agua, viento, sol y biomasa el 54,1% de la electricidad que ha consumido el país. A principios del año ha sido celebrada la subasta para introducir nueva aportación de energía renovable (500 MW de energía eólica y 200 MW de biomasa) en el sistema eléctrico. Suena muy prometedor.

La aportación de energías renovables es muy importante y no sólo para el medio ambiente, la economía española, con la correcta aplicación de recursos para el apoyo de renovables, puede salir ganando en muchos aspectos, tales como la autonomía, el ahorro y hasta la independencia energética. Aparte de las ventajas que ya habíamos enumerado, para España todo esto va a suponer la generación de riqueza, con nuevos puestos de trabajo para muchas personas y la esperanza en el día de mañana.

A día de hoy existen muchos proyectos e ideas interesantes basadas en energías renovables. Los investigadores españoles han hecho un estudio sobre la producción de biomasa (astilla o pellets) como bioenergía que pone de manifiesto que no es sólo otra forma de utilizar la energía limpia, sino una buena manera de reducir los incendios forestalesExtraer biomasa en zonas de alto riesgo de incendio supondría un 60% de reducción. Se necesita una estrategia eficaz para llevar a cabo este proyecto.

La sección marina de Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) estudia la posibilidad de una planta energética piloto de eólica marina en la costa asturiana para aprovechar las olas del Cantábrico para la producción de la electricidad, lo que beneficiaría a las empresas asturianas. Esta semana la Administración de Sevilla ha dado el visto bueno a la ocupación de una superficie de casi 160.000 m/2 para fabricación de torres eólicas (más de 110 al año) e infraestructuras para parques marinos. Según los datos de un reciente estudio sólo la energía de las olas es capaz de cubrir hasta el 20% del consumo eléctrico de España.

Las islas Canarias anuncian para el año 2018 el funcionamiento de 70 parques eólicos que sumarán un total de 803 MW de potencia así como la autorización para construir cuatro nuevas subestaciones para verter a la red el 80% de la energía eólica producida en Canarias.

Para el sector residencial se calcula que el ahorro en la factura de luz que podemos tener con las placas solares instaladas llega a un 25%. En zonas rurales los sistemas de autoconsumo fotovoltaico como alternativa a los sistemas existentes de producción de energía, podrían cumplir un papel muy importante en la lucha contra el cambio climático (el objetivo 20-20-20 establecido en el COP21) además de abaratar de manera considerable el coste de la energía en estas zonas. Los expertos afirman que la energía fotovoltaica podría producir hasta un 30% de de toda la electricidad de España.

La mayoría de las comunidades apuestan, al menos nominalmente, por energías limpias como una opción de futuro, fomentando su introducción.

La noticia esperanzadora es que cada día más usuarios acceden al uso de energías renovables. El 40% de más de 1200 personas que participaron en la encuesta de percepción social sobre el cambio de modelo energético están dispuestas a hacer una instalación de algún tipo de dispositivo de autoconsumo renovable en su casa.

De este modo la sostenibilidad, término muy de moda últimamente, va entrando en la vida del país y sus ciudadanos. Dicha sostenibilidad no puede existir sin las energías renovables: el cambio de paradigma energético es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad.  De su éxito o fracaso puede depender el propio futuro de la humanidad.

Como conclusión debemos recordar que, probablemente solo estamos en los primeros pasos del buen camino; que tenemos por delante un largo recorrido que pasa por la concienciación y participación de todos los agentes implicados; que la amenaza que sobre nosotros se cierne puede convertirse en estímulo y oportunidad; que hay mucho por hacer para sustituir el modelo energético actual y que con inteligencia y determinación podemos conseguir, como país, una posición relevante en el desarrollo, producción y aplicación de este tipo de energías, afianzando nuestro liderazgo en unos campos y desarrollando otros a los que hemos llegado más tarde.

Por último, es interesante resaltar la cita del director de SdeO Comunicación Sergio de Otto, “si nos dedicamos a emplear la energía que nos envía el sol, la fuerza del viento, las mareas y las olas, el calor que guarda la tierra en sus entrañas o la explotación sostenible de la biomasa obviamente la geopolítica global [de las renovables] cambia radicalmente”. España podría ocupar un papel muy importante en este escenario. Creemos en que puede ser realidad algún día.